Hace aproximadamente un año que generé este blog y desde entonces no había escrito nada jajajaja, ahora el curso de Periodismo 2.0 en el que fui aceptado me ha acercado a este espacio y siento que ahora sí tengo mucho para poner aquí.
Así que esta tarea sirva para iniciar el buen hábito de escribir en este tipo de espacios que sin duda representan una oportunidad de crecimiento personal y espiritual de muy amplias posibilidades.
Elegí el lector RSS de google, porque me pareció dinámico y además es el que estaba más a la mano. Me ha fundionado muy bien.
Saludos para todos los compañeros de Latinoamérica!!
domingo, 8 de febrero de 2009
sábado, 23 de febrero de 2008
El filo de la navaja
Es un lugar común.
Estar "en el filo de la navaja", vaya cosa! estar parado en el sitio más delgado de la condenada realidad, con un chance mínimo de andar sin caer a uno u otro lado.
Así andan las cosas ahora, ni modo, dicen que cada quien tiene lo que se ha buscado y no hay forma en que pueda sustraerme de esa loza metafísica. Aquí estoy porque así lo he creido, porque así lo he querido.
En tus manos está mi vida.
Ojalá y caiga del lado que creo que es el correcto.
Estar "en el filo de la navaja", vaya cosa! estar parado en el sitio más delgado de la condenada realidad, con un chance mínimo de andar sin caer a uno u otro lado.
Así andan las cosas ahora, ni modo, dicen que cada quien tiene lo que se ha buscado y no hay forma en que pueda sustraerme de esa loza metafísica. Aquí estoy porque así lo he creido, porque así lo he querido.
En tus manos está mi vida.
Ojalá y caiga del lado que creo que es el correcto.
sábado, 5 de enero de 2008
El ruedo
Llegó del hospital ya entrada la tarde. Las noticias en realidad no eran tan graves, y después de lo que ha pasado uno termina por curtirse un poco.
Aún con eso, bastaron algunos comentarios del doctor para tumbarle los ánimos.
Rompió a llorar en la cocina y todos tratamos de arroparla, pero la tristeza en su mirada hablaba de lo duros que han sido estos meses de medicamentos despiadados que no terminan de ahuyentar la sombra de la muerte. (Hay días en que sus ojos no pueden esconder la angustia).
Todos lo hemos sufrido, pero más ella, la incansable; la que siempre, a pesar del dolor, tiene ánimo para bromear y fuerzas para emprender nuevos proyectos.
Aún con el miedo y el dolor, también es cierto que ver la sonrisa de la catrina tan cerca de alguien a quien amas te hace entender todo con mayor claridad.
La muerte, aunque pavorosa, es la consejera más sabia cuando se trata de evaluar los propios actos.
La sola idea de que alguien tan cercano y amado está siendo retado por la muerte, es algo que te cambia la perspectiva por completo.
En mi caso me ha ayudado a centrar mis prioridades y a luchar cada día por hacerlas realidad.
Me ha dado, en medio del dolor, de la frustración y de la rabia, claridad y fuerza para buscar mi más alto anhelo, y a todos en la familia nos regaló una solidez impermeable a las estupideces.
Tengo la suerte, de que la mujer que amo, en la que empiezan y a donde desembocan todos mis anhelos, entiende mi sentir y con frecuencia me enseña a lidiar con el miedo y la desesperación. Ya anduvo ella por estos caminos y con generosidad, me comparte del conocimiento que le arrancó a las lágrimas y al desconsuelo.
Dicen que para morir nacimos, y más que un lugar común es un hecho consumado, pero esta noche quiero agradecer a la muerte que nos recuerde su presencia para que no perdamos el tiempo en estupideces, y que nos permita seguir compartiendo el maravilloso infortunio de la vida.
Aún con eso, bastaron algunos comentarios del doctor para tumbarle los ánimos.
Rompió a llorar en la cocina y todos tratamos de arroparla, pero la tristeza en su mirada hablaba de lo duros que han sido estos meses de medicamentos despiadados que no terminan de ahuyentar la sombra de la muerte. (Hay días en que sus ojos no pueden esconder la angustia).
Todos lo hemos sufrido, pero más ella, la incansable; la que siempre, a pesar del dolor, tiene ánimo para bromear y fuerzas para emprender nuevos proyectos.
Aún con el miedo y el dolor, también es cierto que ver la sonrisa de la catrina tan cerca de alguien a quien amas te hace entender todo con mayor claridad.
La muerte, aunque pavorosa, es la consejera más sabia cuando se trata de evaluar los propios actos.
- La muerte no es un enemigo, aunque así lo parezca.
- ¿Qué es entonces?
- La muerte es el único adversario que vale la pena. La muerte es quien nos reta y nosotros nacemos para aceptar ese reto.
- Si alguien me lo preguntara, diría que la vida es un reto, no la muerte.
- Como nadie te lo va a preguntar sería mejor que ni lo dijeras –replicó con una carcajada-. La vida es el proceso mediante el cual la muerte nos desafía. La muerte es la fuerza activa y la vida es sólo el medio, el ruedo, y en ese ruedo hay únicamente dos contrincantes: la muerte y uno mismo.
- Yo diría que nosotros, los seres humanos, somos los retadores.
- De ningún modo. Nosotros somos seres pasivos. Si nos movemos es debido a la presión de la muerte. La muerte marca el paso a nuestras acciones y sentimientos y nos empuja sin misericordia hasta que nos derrota y gana la contienda. O hasta que nosotros superamos todas las imposibilidades y derrotamos a la muerte.
La sola idea de que alguien tan cercano y amado está siendo retado por la muerte, es algo que te cambia la perspectiva por completo.
En mi caso me ha ayudado a centrar mis prioridades y a luchar cada día por hacerlas realidad.
Me ha dado, en medio del dolor, de la frustración y de la rabia, claridad y fuerza para buscar mi más alto anhelo, y a todos en la familia nos regaló una solidez impermeable a las estupideces.
Tengo la suerte, de que la mujer que amo, en la que empiezan y a donde desembocan todos mis anhelos, entiende mi sentir y con frecuencia me enseña a lidiar con el miedo y la desesperación. Ya anduvo ella por estos caminos y con generosidad, me comparte del conocimiento que le arrancó a las lágrimas y al desconsuelo.
Dicen que para morir nacimos, y más que un lugar común es un hecho consumado, pero esta noche quiero agradecer a la muerte que nos recuerde su presencia para que no perdamos el tiempo en estupideces, y que nos permita seguir compartiendo el maravilloso infortunio de la vida.
martes, 1 de enero de 2008
Aceitunas en almibar
Son las 7 del primer día del 2008. Amanece.
El frío se siente como un licuado de vidrios.
Soy muy Feliz, con F mayúscula, porque encontré el amor.
Ella es, simplemente, la mujer más maravillosa que he conocido.
El frío se siente como un licuado de vidrios.
Soy muy Feliz, con F mayúscula, porque encontré el amor.
Ella es, simplemente, la mujer más maravillosa que he conocido.
lunes, 22 de octubre de 2007
Bambudal
Hace algunos años tuve un sueño profético. No me di cuenta de la magnitud de la premonición sino hasta mucho tiempo después.
Las revelaciones siempre nos sorprenden en una curva del camino, desde la que no podemos anticipar los sucesos que nos dejarán tasar correctamente esos "golpes de suerte".
El sueño en cuestión fue tan real que por un tiempo hizo tambalear la continuidad de mi memoria.
"Bajaba corriendo por la ladera de una montaña. La vegetación exhuberante me hizo recordar Costa Rica, cerca de la casa que tiene mi abuela allá, aunque bien podría ser también algún cerro en Chiapas o la subida para Huautla, en Oaxaca. La sensación del aire contra mi cara a medida que ganaba velocidad me inundó de una felicidad sosegada, íntima. Corría, tomé impulso y di un gran salto. Un vértigo ingrávido inundaba mis pantorrilas, desbordaba la mirada. A trinta o cuarenta metros del piso, y todavía con la inercia de ese salto formidable mis pies corrieron, tocándolos apenas, por sobre las puntas dobladizas de altos carrizos de bambú".
Hasta ahí el sueño. Recuerdo que la sensación de libertad y felicidad me duró muchos días, luego de disipó entre las absurdas preocupaciones de la cotidineidad.
Años después sentí de nuevo esa sensación de vertiginosa y embriagante felicidad. Fue despierto y el efecto ha durado desde hace más de 27 meses.
Hoy sé que aquel augurio me anunció el rumbo que tenía que seguir para conocer la libertad.
Las revelaciones siempre nos sorprenden en una curva del camino, desde la que no podemos anticipar los sucesos que nos dejarán tasar correctamente esos "golpes de suerte".
El sueño en cuestión fue tan real que por un tiempo hizo tambalear la continuidad de mi memoria.
"Bajaba corriendo por la ladera de una montaña. La vegetación exhuberante me hizo recordar Costa Rica, cerca de la casa que tiene mi abuela allá, aunque bien podría ser también algún cerro en Chiapas o la subida para Huautla, en Oaxaca. La sensación del aire contra mi cara a medida que ganaba velocidad me inundó de una felicidad sosegada, íntima. Corría, tomé impulso y di un gran salto. Un vértigo ingrávido inundaba mis pantorrilas, desbordaba la mirada. A trinta o cuarenta metros del piso, y todavía con la inercia de ese salto formidable mis pies corrieron, tocándolos apenas, por sobre las puntas dobladizas de altos carrizos de bambú".
Hasta ahí el sueño. Recuerdo que la sensación de libertad y felicidad me duró muchos días, luego de disipó entre las absurdas preocupaciones de la cotidineidad.
Años después sentí de nuevo esa sensación de vertiginosa y embriagante felicidad. Fue despierto y el efecto ha durado desde hace más de 27 meses.
Hoy sé que aquel augurio me anunció el rumbo que tenía que seguir para conocer la libertad.
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